Esta es una pregunta muy aguda. Si El Padre es soberano, ¿cómo oramos por las cosas buenas y también honramos la decisión final de Él como la mejor opción? (Cuál fuere la respuesta). Es una pregunta a veces difícil de contestar.
“Pastor, ¿cuánta fe debemos tener al momento de solicitarle al Creador por la restauración (física, económica o espiritual) de uno? De alguna manera se siente mal o es barato orar: “Dios, puede restaurar a la persona, pero si no lo llega a hacer también está bien; siempre decimos “hágase tu voluntad”.
Me siento menos original o usado cuando le pido al Causaser que ayude a otra persona, sabiendo que esa persona puso la confianza en mi y no en El Señor; pienso dentro de mi que pueda ser una respuesta no agradable, y debo reconocerlo, pero por ética nunca lo diré porque todo está bajo el dominio de Él.
Pero después de muchos años de experiencia y de caminar en Su servicio, puedo dar un ejemplo de cómo orar correctamente en confianza y con autoridad en nombre de alguien para que se sea restaurado mientras la persona permanece en total sumisión a la voluntad del Creador.
TODAVÍA UN MISTERIO
Bueno, por muchos años me pregunté si cerraría mis ojos sin haber respondido fiel y satisfactoriamente a esta pregunta.
Siempre he regresado a esta pregunta mas de una vez debido a los textos que nos llaman a la confianza de que recibiremos del Padre lo que preguntamos cuando preguntamos con fe que emana del corazón (Marcos 11: 23–24), y los textos que da el Señor Jesús como modelo, después de que hizo su pedido antes de ser apresado, incluso siendo el Hijo del Hombre y como un orador perfecto, dijo: “Sin embargo, no se haga mi voluntad, sino la tuya” (Lucas 22:42). Claramente, no fue pecado para Jesús agregar ese calificativo. Él no pecó.
Así que permítanme simplemente darles las piezas de este hermoso rompecabezas de la oración que sigo reorganizando en mi mente para tratar de ver la imagen bíblica coherente. Sé que hay una imagen coherente. Esta es la Biblia. Esta es la palabra de Dios. Si hay un problema, es un problema conmigo, no con Jesús.
Aquí están dos de las piezas que ya hemos mencionado. Tenemos fuertes enseñanzas y promesas de parte de Jesús, en Juan 14, 15 y 16 y Marcos 11; también en otros lugares. Nos muestra que siempre que pidamos y creamos con todo el corazón, tendremos respuesta a lo que pedimos, tal vez lo recibiremos. La pieza importante son las palabras de Jesús “sin embargo, no se haga mi voluntad, sino la tuya” (Lucas 22:42).
DIOS SIEMPRE DA LO MEJOR
Ahora, hay algunas otras piezas que parecieran sin mucha importancia del rompecabezas, así que déjenme ponerlas sobre la mesa a la vista de todos y ver si podemos organizarlas en un orden que pueda hacer una imagen que podamos entender.
Jesús dijo en Mateo 7: 7-11: “Pide, y te será dado; buscad y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo el que pide, recibe, y el que busca encuentra, y el que llama será abierto. ¿O cuál de ustedes, si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente? Si entonces [esto es realmente importante para entender el corazón de nuestro Padre en la oración], que siendo malos, sabéis dar buenos regalos a vuestros hijos, ¡cuánto más dará el Padre que está en el cielo cosas buenas a aquellos que le piden a Él!”.
A lo largo de los años ha sido un gran estímulo para mí que el último verso no prometa que Dios dará exactamente lo que a veces como niño tonto anhelamos, sino que siempre Él nos dará cosas buenas que nos convengan: “¿Cuánto más hará tu Padre que está en el cielo?” ¡Que da cosas buenas a los que piden!
Una de las piezas en el rompecabezas de la oración parece ser que siempre debemos orar no con la calificación de que Dios retendrá cosas buenas: “Sin embargo, no se haga mi buena voluntad, sino tu mala voluntad”. Ese no es el punto de esa calificación.
No asumamos que vamos a calificar nuestras oraciones diciendo: “Bueno, estoy pidiendo cosas buenas, y El Eterno podría darnos una cosa mala, así que supongo que solo debo someterme”.
Eso no es lo que Él hace. No les da cosas malas a sus hijos. Más bien, debemos orar con la confianza de que lo que Él nos dará puede ser diferente de lo que pedimos, y aun así mejor que bueno, incluso mucho mejor.
La certeza de nuestra fe puede no ser precisamente lo que creemos que es mejor, pero nuestra certeza debe basarse en la bondad de nuestro Padre, que siempre hace lo que es mejor para sus hijos. BIEN GARANTIZADO
Ahora, debajo de esa confianza está lo que llamo “la lógica de la Misericordia” en Romanos 8:32: “El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?”.
En otras palabras, debido a la sangre de Jesús, el Padre ha asegurado, garantizado y comprado todas las cosas. ¿Acaso no nos dará todas las cosas por Su Gracia y Misericordia? Esta es la seguridad que podemos tener cuando oramos por el bien en la vida del remanente del pueblo de Israel y Su Iglesia. CONFIANZA EN DIOS
Otra pieza del rompecabezas está implícita en lo que acabamos de ver, y es que la seguridad en la oración debe de apoyarse en la revelación que El Sempiterno nos pudiese dar. No honramos al Creador asumiendo que sabemos qué es lo mejor para nosotros en una situación que creemos dada. Necesitamos una revelación de Él para tener plena confianza de que lo que estamos pidiendo es lo mejor para nosotros aunque no lo entendemos en ese momento.
Lo que ha prometido explícitamente en Las Sagradas Escrituras, esta es la revelación que tenemos en Mateo 7:11, es que dará buenas cosas a los que lo pidan, pero que tenga un sincero corazón contrito y humillado. La pregunta ahora es: ¿Cómo alineamos nuestras solicitudes con lo que Él considera bueno, lo bueno que pretende hacer a través de nuestra oración en esta situación? Porque Sus pensamientos y caminos distan mucho de los nuestros.
REGALOS DIFERENTES
Aquí es donde entra otra pieza del rompecabezas. En 1 Corintios 12: 8–9, Pablo describe los dones del Espíritu que no todos los creyentes tenemos: “Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu; a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu”.
Ahora piensen y mediten en esto y en las implicaciones de que la fe se llama un don espiritual, y la sanidad se llama un don espiritual.
Pablo dice explícitamente que no todos los creyentes tienen esto todo el tiempo. ¿No enseña eso necesariamente que algunos podrán tener fe para orar por la sanación en los puntos donde otros no lo harán? Sin embargo, no es pecado tener un don espiritual. La Biblia enseña que no está designado para que todos tengan esto todo el tiempo.
El hecho de que hay dones de fe, dones de sanación y otros dones puede ayudarnos a explicar lo que está sucediendo en Santiago 5:15, donde Santiago habla de la oración de fe que sanará al enfermo. Quizás ese sea el don de fe que se da en ese momento a uno o más de los ancianos que están orando.
Ahora, hay otras piezas del rompecabezas de la oración que deben encajar en la imagen, pero estas son, quizás, suficientes para darle algo con que trabajar durante los próximos años, o décadas.
ALMACÉN DE NUESTRO PADRE
Esta es la pregunta específicamente: ¿Cómo puedo orar correctamente, con confianza y con autoridad en nombre por alguien más, para su restablecimiento mientras permanezco en plena sumisión a la voluntad de Dios?
Esto es lo que pienso y por eso lo diría. Debemos poner nuestra confianza y nuestra autoridad en la promesa de Jesús en Mateo 7:11 y la promesa de Pablo en Romanos 8:32 . Debido a la muerte de Jesús, todo lo bueno para los elegidos de Dios ha sido comprado para ellos infaliblemente por Jesús. Nuestro Padre celestial siempre da de ese almacén. Y da lo que es bueno para sus hijos cuando lo pedimos.
Él les da bien cuando lo pedimos con fe y de lo más interno de nuestro corazón, y sí, debemos permanecer abiertos, receptivos y ansiosos por recibir un don espiritual. Esto será para que en un momento dado que pueda fijar nuestra confianza en un resultado específico. Pero no asumamos que esta es la forma en que se debe hacer en cada oración.
Hay diferentes clases de oraciones, como clase de individuos que me piden oración. No puedo meter todas las oraciones en una misma meta o basado en los estereotipos de las personas.
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